Dieta Mediterránea, un estilo de vida


 La dieta Mediterránea es como sabemos, una de las más beneficiosas para nuestra salud. Se trata no solo de unas pautas alimentarias, sino más bien de un estilo de vida que combina ingredientes de la agricultura local con formas de cocinar típicas de cada zona, la práctica diaria de ejercicio moderado, y esa forma de disfrutar de las comidas en reuniones, celebraciones  con los amigos y fiestas tradicionales, todo ello favorecido por un clima suave que conforma la guinda de este excelente estilo de vida.
La dieta  Mediterránea es una valiosa herencia cultural, que ha dado lugar a una combinación equilibrada y completa de los alimentos, basada en productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible.
Se trata de una dieta equilibrada y muy variada, con un aporte  bajo en ácidos grasos saturados  y alto en ácidos grasos mono-insaturados. Un gran aporte de antioxidantes, fibra y de hidratos de carbono de absorción lenta (no elevan drásticamente el nivel de azúcar en sangre)


Principales recomendaciones de la dieta mediterránea:

  • Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos mono-insaturados que le confieren propiedades cardioprotectoras.
    Este alimento proporciona a  los platos un sabor y aroma únicos.

  • Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de la dieta mediterránea,  y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Gracias a su contenido elevado en antioxidantes y fibra pueden contribuir a prevenir, entre otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
  • ​Las legumbres deben estar presentes en la dieta  de 2 a 4 veces a la semana. Son una buena fuente de proteína vegetal. Aunque son deficitarias en un aminoácido esencial, la metionina, al igual que los frutos secos, esta carencia puede compensarse comiendo las legumbres con cereales que si contienen este aminoácido como el arroz.
  • El consumo diario de pasta, arroz y cereales (preferiblemente integrales) es indispensable por su composición rica en hidratos de carbono siendo una gran fuente de energía.
  • Se recomienda el consumo de pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana ya que sus grasas, aunque de origen animal, tienen propiedades protectoras frente enfermedades cardiovasculares.

  • La carne roja, debido a su contenido en grasa animal, se tendría que consumir con moderación, preferentemente carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras y cereales.
  • Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales que los convierten en un alimento muy rico. El consumo de tres o cuatro huevos a la semana es una buena alternativa a la carne y el pescado.
  • Consumo diario de productos lácteos, principalmente yogurt y quesos, que son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo…) y vitaminas. También se asocia el consumo de yogur a una serie de beneficios para la salud causados por los microorganismos vivos que contiene, capaces de mejorar el equilibrio de la microflora intestinal.
  • La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse solo ocasionalmente
  • El agua es fundamental en la dieta mediterránea, se recomienda beber unos 6 u 8 vasos al día.
  • Realizar cada día un ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para conservar una buena salud. Es tan importante como comer de forma adecuada.
Se han probado los numerosos beneficios que la dieta mediterránea puede ofrecer sobre el organismo, sin embargo, el estilo de vida actual cada vez nos aleja más de esta dieta tan ventajosa. Y aunque lamentablemente cada vez estamos más lejos de este tipo de alimentación, podemos acercarnos más a la autentica dieta mediterránea mediante el consumo de mayor cantidad de pescados, cereales integrales, así como de más frutas, verduras y legumbres.

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